¿Se quedará la prensa sin papel?

En estos días de crisis, en los que muchos periodistas están dando con sus huesos en una calle glacial (Dios nos salve del reuma), me planteo varias cuestiones sobre el periodismo, especialmente aquel que culmina impreso en papel, y sobre su futuro a corto-medio plazo. Una de ellas me la he encontrado hoy mismo en la fantástica entrevista que Juan Cruz le ha realizado a Ben Bradlee, ex-director de The Washington Post y pieza fundamental en el conocido caso Watergate.

P. Su autobiografía es como un epitafio de lo que fue el periodismo con respecto al periodismo que se hace ahora.

R. No lo sé. Las preguntas han cambiado. Sobre todo a causa de Internet. La instantaneidad de las noticias empezó con la televisión, e Internet es la apoteosis de lo instantáneo… La cantidad de noticias frescas es ahora menor en los diarios, eso significa algo. En la portada de The Washington Post aparecen noticias que ya se conocen, o por Internet o por la televisión. No estamos aportando nuevas historias, nuevos hechos… Por eso tenemos que concentrarnos en el significado de esos hechos que ya no damos nosotros en primer lugar; tenemos que saber si son importantes, si influyen en la historia, qué pasará en el mundo si se consolidan… Tenemos que saber eso y contarlo. Ésa es nuestra función ahora.

Internet ya está, de sobras, implantado como algo fundamental en la vida de numerosos occidentales. No sólo se trata del email o de leer el periódico. Los blogs ofrecen (aunque en pocos casos si vemos su brutal expansión) información y opinión de primera calidad. Las redes sociales dan una vuelta de tuerca más a la hora de relacionarnos y herramientas como Twitter están sirviendo ya a algunos periodistas para experimentar cómo narrar lo acontecido en directo y con la participación instantánea de sus lectores.

Si el mundo está cambiando ¿por qué la prensa escrita sigue estancada en los mismos principios que la regían allá por el caso Watergate? El problema de que los periódicos son, en muchos casos, un soporte para noticias que ya han sido digeridas por el público, ya lo estudié hace unos cuantos años durante la carrera. La solución que estos aportan a día de hoy son tuperwares, películas y demás morralla plastificada. ¿Para cuándo una redefinición real del papel de lo impreso? ¿Por qué seguir manteniendo un modelo periodístico al que se le podría dar un rol más digno en el mundo de la comunicación? ¿Seguirán las ediciones diarias dentro de 15 años? Es curioso ver que, ni en tiempos de crisis, se opte por innovar más allá de un lavado de cara a las secciones y a la maquetación. «Paso corto y vista al frente» es una de las máximas del pensamiento estratégico. ¿Se han quedado los editores de diarios miopes de tanto mirarse el ombligo?

~ por garciaorta en enero 11, 2009.